Numerologia Cotidiana de Laura Rodriguez

Energía Colectiva

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27 Abril, 2024

de Laura L. Rodríguez

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Entre los años 500 y 550 A.C. nacía en Sidón, Fenicia, el Maestro de los números, durante un viaje de sus progenitores, que eran griegos. Este hijo fue profetizado durante una visita de sus padres a la ciudad de Delfos, por una pitonisa que les informó que ellos habían sido elegidos para entregar a los hombres de la tierra, un ser que sería Luz para toda la humanidad, y que en esa encarnación se llamaría Pitágoras.

De muy joven es atraído por la Religión Olímpica, en especial por el culto de Apolo. Pero los conocimientos aprendidos bajo la tutela de Homero no calman su sed de conocimientos.

Pitágoras fue el primero en utilizar el término Cosmos para describir el orden y la armonía inherentes a un universo regido por unas leyes cognoscibles e inteligibles por el hombre a través del número que es el principio elemental, «la esencia de todas las cosas», componente esencial de la armonía matemática que debe guiar, con finalidad religiosa, toda investigación sobre el universo.

Buscando la Sabiduría se interna en Asia Menor, Babilonia, Persia, India y Egipto en donde adquiere conocimientos de Astronomía, de la Doctrina de Ahura Mazda, la Doctrina de la Transmigración de las Almas, de Esoterismo y Matemáticas, profundizando en mayormente en la Geometría y aumentando así, su conocimiento y comprensión sobre la estructura de lo Divino.

Pitágoras aprende de Los hindúes el conocimiento matemático- y a partir de este tiempo empieza a relacionar los números con lo sagrado y divino. Para los hindúes quienes se dedicaba a ellos se consagraba a una ciencia divina. También los hebreos tenían este profundo significado. En el mundo antiguo, casi todo era sagrado. Casi nada había profano. Todo se relacionaba con la divinidad o con la pluralidad de las divinidades.

El Maestro Pitágoras era un gran viajero, y recorrió Grecia, Egipto, Persia, Siria, Babilonia y Fenicia. Se estableció en Crotona, sur de Italia, hacia el año 525 A.C., con el fin de transmitir su sabiduría a un grupo selecto de seguidores, a los que les enseñaba el misterio de la trasmigración de las almas y el nombre oculto de las cosas y personas, y les decía que los dioses se comunicaba con nosotros a través de los números.

Pitágoras alcanzaría esta iluminación, tras sus viajes, a través de su propia reflexión sobre la sabiduría milenaria de los pueblos de Oriente Próximo y en base a estos conocimientos, funda una comunidad en la que los aspectos científicos y religiosos están íntimamente asociados de forma mística. Se trata de una secta animada por el culto ritual que recuerda a los adoradores de Orfeo, donde las armonías y misterios de la Matemática y de la Filosofía eran partes esenciales y cuya influencia no tardó en hacerse sentir en toda la Magna Grecia e incluso en Roma.

Pitágoras estaba considerado por sus seguidores como un “Daimon” es decir un ser equivalente e intermedio entre los hombres y la divinidad, dotado con poderes paranormales, los cuales desarrollaba en la “Capilla de Eleusis” en donde desarrollaba para sus iniciados “adeptos” (los pitagóricos) los cultos “Mas Mágicos” de la época..

Para Pitágoras los números son: principios absolutos en la Aritmética; principios aplicados en la Música; magnitudes en estado de reposo en la Geometría; magnitudes en movimientos en la Astronomía, sirviendo simultáneamente como medidas que determinan la naturaleza de las cosas y exponentes que las dan a conocer. “Dios geometriza por medio del sonido” decía Pitágoras; “En el principio era el Verbo”, dice Juan, el vidente de Patmos.

Los números eran para Pitágoras, un fenómeno místico, una realidad autónoma, que poseían vida propia, y eran los responsables de la “Armonía Divina” que siempre ha gobernado al mundo

Los pitagóricos perseguían penetrar en el secreto de la armonía de los números, y creían poder comprender la armonía del universo bajo la forma de números enteros, imaginándose estar tras las huellas del misterio último de las cosas.

Los pitagóricos vinculaban íntimamente Mística, Religión y Ciencia; Geometría, Música, y Cosmología; Aritmología, Metafísica y Filosofía; cuerpo, alma y espíritu en una armoniosa síntesis. Quizá resida en esa capacidad unificadora del Pitagorismo entre lo científico-racional y lo místico-religioso su radicación profunda en la matriz de la Cultura Griega y por ende en su heredera, nuestra llamada Cultura Occidental.

Pero más allá de la Filosofía, la Mística y la Religión, Pitágoras y los pitagóricos aportaron un ingente caudal de conocimientos matemáticos.

Pitágoras es sin duda, el matemático más conocido. Pero más allá de la Matemática, en el ámbito más general de la Historia de la Cultura, Pitágoras es realmente un personaje muy célebre. Su figura es una de las más apasionantes de la Historia del Pensamiento. Racionalista y místico, filósofo y teólogo, matemático y experimentador, sabio y profeta, maestro y piadoso, psicólogo y orador, promotor religioso y hacedor de milagros , interrogador del Cosmos e instaurador de un estilo de vida, gran conversador y amante del silencio reflexivo, hombre de carne y hueso y personaje mítico.

Pitágoras a dejado una estela que ha perdurado a lo largo de los tiempos y ha conformado la tradición del pensamiento occidental hasta nuestros días, lo que convierte a Pitágoras en uno de los personajes más influyentes en la Historia de la Cultura y del Pensamiento.